Una de las causas más comunes por lo que las parejas deciden divorciarse es la infidelidad pero, ¿existen consecuencias jurídicas?
La respuesta es que no, a pesar de que, a nivel emocional y moral, esta situación puede llegar a ser muy delicada, la infidelidad no es motivo ni de indemnización ni de agilización del proceso.
Por ello, tampoco afecta a la posible pensión compensatoria, que únicamente se podrá percibir si se dan las circunstancias que la ley permite para su concesión, y que nada tienen que ver con la infidelidad. Ni que decir que no se tiene en cuenta a la hora de fijar la pensión de alimentos respecto de los hijos, la cuantía de la misma, tanto si la separación es por infidelidad como si responde a otra causa, dependerá de la capacidad económicas de los progenitores, el número de hijos, sus edades y las circunstancias especiales que rodean a cada hogar conyugal, así como a las necesidades de los mismo.
No existe ningún efecto civil, la única consecuencia directa en el proceso de divorcio es si se podrá tramitar de mutuo acuerdo o de forma contenciosa que dependerá de la voluntad de acordar de los litigantes
